Casa de acogida para inmigrantes
Aterrizar en Santiago sin contar con los recursos suficientes; ni los documentos necesarios para arrendar, es una de las razones que agobian rápidamente al inmigrante.
Buena parte de nuestra familia cristiana está integrada por extranjeros. Por eso; conocemos de cerca la realidad de quien no tiene un espacio confortable y seguro desde el cual emprender su aventura de comenzar, desde cero, en un nuevo país.
El compromiso de motivar al foráneo a perseguir oportunidades en un entorno distinto nos alentó a acondicionar nuestra casa de acogida, un sitio en el que los residentes cuentan con un verdadero hogar.

Por una módica tarifa
Para garantizar un lugar cálido y cómodo, recibimos a un número reducido de personas.
Nuestro modelo de abrigo está muy lejos del hacinamiento, pues queremos brindar ese ambiente positivo que tanto necesita el migrante que recién explora sus posibilidades.
A quienes damos la bienvenida les solicitamos una módica suma que invertimos en el mantenimiento de las instalaciones y de nuestro programa. Sí, leíste bien: solo pagas una tarifa reducida que nos permite continuar brindando la misma oportunidad a otras personas en una situación similar a la tuya.
Todo residente accede a charlas de orientación, actividades recreativas, apoyo espiritual y tiene la oportunidad de integrarse a nuestra comunidad cristiana.
La casa dispone de cuatro habitaciones, dos estancias, una cocina, cuatro baños, un jardín y un patio.
También tiene la capilla donde celebramos los servicios dominicales.

Una buena convivencia
La estadía que ofrecemos es transitoria, ya que no podemos ser una residencia permanente a sabiendas de la cantidad de migrantes que demanda este tipo de apoyo.
Hemos albergado a madres solas con sus hijos, matrimonios con niños pequeños y gente soltera que llega con la intención de trabajar duro para avivar la esperanza de traerse a algunos de los familiares que dejó en su tierra de origen.
Abrimos nuestro hogar a todo aquel que quiera esforzarse para salir adelante y tenga la disposición de colaborar con el ambiente familiar que con mucho cariño logramos construir.

A cada ocupante se le asignan responsabilidades relacionadas con la limpieza y se le anima a demostrar respeto y empatía por el resto del grupo: el problema de uno se convierte en un asunto de todos.
Al convivir en nuestros espacios puedes compartir tu experiencia, aprender de historias parecidas y ampliar tu red de contactos.
Si te gustó el modelo de abrigo que implementamos y necesitas ser parte de nosotros mientras alcanzas tu estabilidad en Santiago, escríbenos para concertar una cita.